Saluda del Presidente de la Agrupación Nuestro Padre Jesús Nazareno
ORACIÓN A JESÚS NAZARENO.
¡Dulcísimo Jesús Nazareno, Dios y Redentor mío, que llevando sobre tus hombros la cruz, caminas al Calvario para ser en ella clavado! Yo pobre pecador soy la causa de tu Pasión dolorosísima. Te alabo y te doy gracias, porque como manso cordero recibiste sobre tus hombros el madero de tu suplicio, para expiar en él mis pecados y los del mundo entero. Perdóname, ¡oh, buen Jesús! Reconozco mis culpas y tu bondad inmensa al borrarlas con tu preciosa Sangre. Te amo sobre todas las cosas y prometo serte fiel hasta la muerte. Sostenme, oh, buen Jesús, con tu gracia y condúceme por el camino de tus mandamientos a tu reino celestial. Amén.
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La Fe no se compra en las dependencias de ningún supermercado, ni obedece a modas, ni se adquiere por pertenencia a un grupo más o menos piadoso, ni es mejor llevando este u aquel hábito. La Fe es la manifestación interna que el cristiano experimenta en su corazón, es la certeza, la creencia en ese ser superior que rige nuestras vidas.
Un ser superior cercano, que nos permite el deleite de experimentar la gracia de su cuerpo mediante la comunión, que nos ofrece el regalo de la oración para poder hablar con Él, un ser magnánimo que nos permite acercarnos, rezar, pedir, suplicar mediante una oración su intercesión divina.
Cada año, cuando exponemos la imagen de Jesús Nazareno en el Altar de nuestra Iglesia del Rosario, observamos con especial atención a todo ese inmenso ejército silencioso, respetuoso, lleno de Fe, que se acerca a los pies del Nazareno, que reza, que pide, que habla con Él desde lo más profundo de su corazón. Cuantas velas encendidas bajo su Cruz, cuanta luz para nuestras propias y mundanas cruces…
Por eso aquí no hay un saluda, no hay una bienvenida, no hay palabras que expresen la magnificencia de todo aquello que, como Agrupación, hacemos, Aquí hay una oración, una plegaria para todos aquellos que quieran hablar con Nuestro Padre Jesús Nazareno.