IMAGINERÍA Y ESCULTORES
A lo largo de los años, especialmente desde la recuperación de los desfiles pasionales en 1992 hasta la actualidad, la imaginería pasional de la Cofradía del Cristo de los Mineros ha sido incrementada con el encargo y adquisición de nuevas imágenes, justificadas por la creación de nuevos cortejos y la aparición de nuevas agrupaciones y tercios. Pero sobre todo por la falta de imágenes y por el deterioro de las pocas que había debido a su mala conservación.
A continuación os dejamos a los escultores que han ido creando la imaginería de la Cofradía.
José Gerique Chus
El escultor e imaginero José Gerique Chus (1868-1943) nació en Valencia, ciudad en la que se formó y donde mantuvo su taller. Fue Medalla de Oro en la Exposición Eucarística Nacional de 1893, así como en la Regional de Valencia y en algunas exhibiciones y muestras destacables en Estados Unidos y Argentina.
Sus encargos se prodigaron desde finales del siglo XIX y primeros años del XX, en un momento histórico muy interesante por la renovación espiritual y litúrgica de la iglesia católica, que se tradujo en una estética más purista de las artes visuales y plásticas, de la que Gerique fue uno de sus máximos representantes.
En la Región de Murcia trabajó a lo largo de la primera década del siglo XX, con obras tan reconocidas como este Cristo de los Mineros de La Unión y una imagen de San Juan Evangelista, sin olvidar las realizadas para Lorca, como la imagen de Santiago Apóstol, titular de la Parroquial de Santiago (1915), y la talla de la Virgen de las Tres Avemarías para San Mateo (1921).
Un grupo de bomberos de La Unión le encargan un cristo agonizante en la cruz, una talla en madera policromada que representa a Jesús muerto en la cruz en unas dimensiones mayores que el natural (224 x 155 x 45 cm).
Dicha imagen del Jesús agonizante en la Cruz, fue la venerada por la Brigada de Bomberos de La Unión, de ahí que se conociera como Cristo de los Bomberos, con los años, corría el año 1923, los miembros de la Cruz Roja y ya disuelto en el municipio minero el Cuerpo de Bomberos, fue quien custodió la imagen, siendo los encargados de procesionaria la noche del Viernes Santo, por las calles de La Unión, conociéndose por esos años como el Cristo de los Bomberos y de la Cruz Roja.
En el año 1936 con la Guerra Civil española, como en tantas iglesias, las tallas de imaginería religiosa corrían gran peligro de ser quemadas y destruidas, para lo que enseguida miembros de la Cruz Roja de La Unión, escondieron al Cristo en el interior de la sede de la Cruz Roja primero y después en una de las viviendas del municipio, no como siempre se contaba o se creyó que había sido guardada en un pozo minero, siendo así como evitaron que esta imagen tan querida por el pueblo, quedase desaparecida como otras grandes tallas , que tuvieron menos suerte.
Es en el año 1958 cuando procesionan de nuevo al Cristo, en la procesión del Jueves Santo y a partir de ahí se le empieza a llamar Cristo de los Mineros ya que en más de una ocasión algunos mineros solían acompañarles durante el desfile pasional, comenzando ahí ese fervor que hoy día aun se mantiene.
En 2013 la imagen fue restaurada para que en su centenario saliera a las calles de La Unión, mejor que nunca, como nueva.
Todo comenzó en el mismo momento de acabar la imagen el insigne escultor Don José Gerique, la cual empezó a deteriorarse, oscurecerse, atacándole la humedad, los hongos, y toda clase de incursiones que ha sufrido por parte del medio ambiente y las personas, como el incendio que sufrió la Iglesia en el año 1936 y otras que sin mala intención intentaban arreglar o subsanar algo que le ocurría a
la imagen en algún momento de su historia.
Ya en los años 60 se empezó a intentar restaurar nuestra imagen sin conseguir ningún resultado. También en el tiempo en el que estuvo de hermano mayor Don José López Martínez se instó al gobierno para que ayudase para tal fin, por ser una labor muy costosa, pero no se obtuvo ninguna respuesta positiva a aquellas gestiones.
Aprovechando la primera bajada desde la mina Agrupa Vicenta, el presidente de la Agrupación del Santísimo Cristo de los Mineros, Don José Sánchez García, hizo una petición en persona y directa a la autoridad que podía realizar tal cometido, el presidente de la Comunidad Autónoma Don Ramón Luis Valcárcel Siso. Éste le aseguró que haría todo lo posible por realizar la restauración tan necesaria para nuestra querida imagen, al ser patente su deterioro.
Con la inestimable ayuda de nuestro alcalde Don Francisco Bernabé Pérez, que tomó este asunto como suyo propio para que se realizara, y también la implicación de los miembros de la agrupación, finalmente se consiguió lo que durante tanto tiempo se llevaba intentando realizar.
José Alfonso Rigal
A la finalización de la Guerra Civil las cofradías de Cartagena, al igual que otras muchas de España, se vieron en la urgente necesidad de reemplazar el patrimonio artístico que había sido destruido durante el conflicto bélico. Lo ingente de la labor hizo que no fuera posible, en un primer momento, encargar la labor, en lo que al terreno de la imaginería se refiere, a artistas de primera fila y hubo de optarse por soluciones provisionales llegadas de la mano de artífices, en muchos casos, de poca valía artística. Eso fue lo que sucedió en la Cofradía de N.P. Jesús Nazareno, los populares marrajos, que a la espera de poder confiar a José Capuz, su escultor predilecto, la realización de obras como el titular o San Juan Evangelista, confiaron la labor a un personaje del que apenas se tenían, hasta hace pocos años, más datos que su nombre, José Alfonso Rigal y su origen valenciano.
José Alfonso Rigal nació el 17 de febrero de 1908 en el valenciano barrio de Cruz Cubierta, hijo de Rafael Alfonso -porque Alfonso era su primer apellido y no el segundo nombre de uno compuesto como pudiera pensarse- y de Encarnación Rigal.
Se ha venido sosteniendo que la relación con Cartagena de José Alfonso Rigal tuvo lugar a través del taller del tallista Aladino Ferrer, donde trabajaba. Y aunque es posible que tuviera alguna relación artística con el reconocido artesano, la verdad es que la llegada del escultor a la ciudad tuvo unos motivos menos vinculados con el mundo del arte. Estos no fueron otros que su incorporación a la Marina.
Quizás tuvo el apoyo de destacadas personalidades de la Cartagena de los inicios de la dictadura, caso de Antonio Ramos Carratalá, cofrade marrajo y alto directivo de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cartagena, ya que en enero de 1940 formaba parte del claustro de profesores del Colegio Hispania, fundado por la entidad financiera y con sedes en Ciudad Jardín y la calle del Escorial. Centro docente en el que Rigal ejercía el magisterio en la especialidad de escultura, correspondiendo la de pintura al artista local Vicente Ros.
Antes de esa fecha ya estaba realizando las imágenes que los marrajos necesitaban para poder sacar sus procesiones de 1940, así como restaurando aquellas que se habían salvado, como la Piedad o el Descendimiento, pero que habían sufrido algunos daños que era necesario subsanar. En noviembre ya estaba dando forma a la imagen de la Soledad-Dolorosa, ya que los sanjuanistas quisieron
conocer como iba la obra para decidir si también le encargaban la de su titular.
Debió ser buena la impresión, aunque no podemos figurarnos por qué debido al resultado final, y estos también confiaron a Rigal que sustituyera la desaparecida efigie realizada por Salzillo. La tercera de las obras que saldría de su gubia para la Cofradía Marraja sería la de Jesús Nazareno y por la crónica periodística aparecida en las páginas de la prensa local sabemos que Rigal llevaba en Cartagena, previo paso por su Valencia natal, desde aproximadamente finales del verano de 1939.
Eran todas, pese a la devoción y cariño que entonces o ahora se les pudiera tener, obras de escasa calidad artística. Así, fueron objeto del ingenio popular que al Nazareno, por la disposición de asir la cruz con la mano izquierda llamó «El Zocato», y a San Juan, por el colorido de la policromía de su rostro, «El Segador», «El Apache» o «El Piel Roja». De hecho, la policromía realizada por Rigal fue rápidamente reemplazada por otra que efectuó, de cara a las procesiones de 1941, el imaginero murciano José Sánchez Lozano, por lo cual algunos comentarios de que tales apodos proceden ya de su participación en las procesiones de La Unión carecen de fundamento.
Como sabemos, ambas imágenes pasarían a formar parte en los cortejos pasionarios de La Unión tras dejar de salir en los de Cartagena. Así, la del Nazareno fue vendida el 14 de abril de 1945 por 700 pesetas. Por su parte, las de la Soledad-Dolorosa y San Juan salieron con destino a la localidad minera, respectivamente, el 8 y el 10 de marzo de 1947, abonándose por cada una de ellas 600 pesetas
Francisco Conesa Hernández "Paco Conesa"
Don Francisco Conesa Hernández «Paco Conesa», artista de cuerpo entero, nació en La Unión en 1944. Pasión por el dibujo, por el color y el modelado manifiesta desde su más tierna infancia.
Primeros impulsos orientados por el gran Asensio Sáez, su primer maestro en las artes. Luego, el artista autónomo, explorador en mundos de luz, hallaría caminos propios en su personal interpretación dela expresión plástica junto a los consagrados Vicente Ros, Ramón Alonso Luzzy y Enrique Gabriel Navarro.
Estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, donde también cursa Arte y Decoración. Su formación se amplía en Italia y Brasil: Universidad de Peruggia y beca para cursar estudios en la Facultad de Armando Alvarez Penteado en Sao Paulo.
Por si fuera poco, Paco Conesa también es uno de los responsables artísticos del renacer procesionista en La Unión como autor de algunas de las imágenes más representativas de nuestra Semana Santa Minera. Así ocurre con las correspondientes a la «Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos», «Virgen de la Caridad», «María Magdalena», «Virgen de la Soledad» y «Cristo Yacente», todas ellas con el característico sello del artista, el de una expresividad sobrecogedora que se pasea, como una catequesis en movimiento, por las calles de La Unión en Jueves y Viernes Santo. Además, Paco Conesa fue autor del cartel de la Semana Santa Minera de 1993 y pregonero de la misma en 2011.
Galo Conesa Vargas
GALO CONESA
Galo Conesa Vargas es natural de la Unión, y vino al mundo en el año 1959. Cursa estudios elementales, bachiller y COU en su ciudad natal, iniciando a continuación formación universitaria en la Escuela de Ingeniería Técnica de Minas de Cartagena.
Contrae matrimonio en 1983 con María Enriqueta Puche Egea, del que nace su único hijo, también llamado Galo.
El año 1996 sería decisivo para su vida artística ya que, con el impulso de la Semana Santa de la Unión, se desataría su interés por la escultura, modelando inmediatamente un gran número de pequeñas obras en barro y mármol.
Completamente autodidacta, ansioso por aprender la técnica y utensilios que intervienen en el labrado de la piedra, realiza prácticas en la Escuela de Mármol de Almería.
NIÑO JESÚS MINERO
Dentro de las iconografías del Niño Jesús Pasionario, ha sido presentada y bendecida en la Parroquia del Rosario de la localidad de La Unión (Murcia) esta escultura con el título «Niño Jesús Minero» (90 x 40 x 70 cm), que procesionó por primera vez el pasado 24 de marzo, Jueves Santo, como paso infantil dentro de la agrupación unionense del Nazareno. Las labores de policromía han corrido a cargo de Julia Bermúdez.
Se trata de una devota efigie que muestra al Niño itinerante, lloroso y ricamente vestido con una túnica que posee motivos dorados en el cíngulo y los pliegues. Lleva también cruz arbórea sobre su hombro izquierdo y un latillo propio de la zona, en lugar del típico cesto con la corona de espinas y otros atributos de la Pasión. Las lágrimas son de cristal fundido y las pestañas superiores, que realzan los verdosos ojos, de pelo natural.
MARÍA MAGDALENA NIÑA (2022)
Talla en madera policromada, de 1,20 cm de altura. Encargo para la la Agrupación de Santa María Magdalena de La Unión (Murcia).
VIRGEN DE LA CARIDAD NIÑA (2022)
La escultura representa un hipotético encuentro entre Jesús y su Madre, plasmado con la fusión de los dos personajes. María, en actitud amorosa y mirada melancólica, abraza a su Hijo ayudándole a sostener la cruz, aceptando, así, su destino. La cruz fundida entre ellos, representa el sufrimiento que está por venir, así como la salvación para la humanidad.
Jesús, en actitud reflexiva, porta el carburador, símbolo de la luz, que nos recuerda su afirmación: ‘Yo soy la luz del mundo, el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida’. La imagen es una talla completa, realizada en madera; las superficies están doradas y estofadas. La policromía que conforma la piel y cabellos se debe al óleo utilizado; las pestañas son de pleo natural; para el carburo se ha empleado plata envejecida con óleo. Sus dimensiones son de 1 metro de altura y 70 cm de diámetro.
MARÍA, FUENTE DE LUZ Y VIDA
Escultura con destino a la Agrupación de la Santíma Virgen del Rosario en sus misterios Dolorosos, de la ciudad minera de La Unión. Se presentó el pasado día 3 de abril en el salón de actos del Excmo. Ayuntamiento de La Unión (Murcia). Su primera salida procesional tuvo lugar el día 9 de abril, Sábado de Pasión, dentro del cortejo infantil de ‘Los Niños de la Gavia’.
La obra es una alegoría a los niños que perdieron su infancia en las minas. Se trata de una composición piramidal, donde la Santísima Virgen ocupa el eje central, flanqueada por dos ‘minericos’, con aptitudes y alturas distintas, dotando al conjunto de armonía y movimiento. Es una talla en madera, de 1,20 metros de altura, policromada con acrílico y óleo.
SAN JUAN EVANGELISTA NIÑO
Escultura realizada en 2019 para la Agrupación de San Juan Evangelista de La Unión, con destino a la procesión de los Niños de la Gavia,
Es una talla completa de madera policromada y estofada, tiene una altura de un metro.
Como todas las esculturas de éste cortejo infantil y siguiendo la tradición minera, porta en la mano derecha, la batea, instrumento esencial en minería. En la izquierda lleva un pergamino que nos recuerda el evangelio que está por escribir.
Ramón Cuenca santo
Ramón Cuenca Santo nace un 15 de enero de 1975. En la actualidad reside en Cox (Alicante), donde desde 1992, tiene establecido su taller. Ramón se forma en Elche y estudia E.G.B. en el Colegio San José de Calasanz. Tras estos estudios obtiene el título de “Técnico Superior en artes plásticas y diseño” de Orihuela, en la especialidad de talla en piedra y madera, con la calificación final de sobresaliente.
Por encargo de D. José María Alcalde Méndez, cuya imagen es de su propiedad, se elabora la imagen en 2009.
Una imagen que simbolizaba la esperanza para todos los afectados de cáncer.
Esta imagen ha procesionado como trono en la Agrupación de la Santísima Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos el Viernes Santo junto a a la Santísima y vera Cruz.
Autor desconocido de Escuela de Salzillo
En 2013 volvió a procesionar en La Unión la imagen de la Verónica que estuvo desaparecida durante muchos años; fue encontrada a mediados de 2012 y, el entonces Hermano Mayor de la Cofradía del Cristo de Los Mineros, Domingo Alajarín, encargó su restauración a Julia Bermúdez Muñoz, natural de La Unión, licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, y especialista en
Conservación y Restauración de Bienes Culturales.
La escultura es de candelero (de vestir), de tamaño natural, tallada en madera de pino de Suecia y policromada; según el académico Asensio Sáez su autoría está relacionada con la escuela de Salzillo, siendo su autor desconocido. La fecha de su incursión en los desfiles pasionarios de La Unión no está clara, pero se sabe que procesionó como titular de la cofradía de los estudiantes en la década de
los 60, en la actualidad recibe culto en la Parroquia Ntra. Sra. del Rosario de La Unión.
La talla se encontraba en muy mal estado, atacada por xilófagos (carcoma), repintada casi en su totalidad, con grietas repartidas por toda la obra, con pérdidas de soporte en manos y en el contorno de los ojos.
El proceso de restauración pretendió ante todo ser lo más respetuoso posible con la originalidad del autor, interviniendo lo menos posible, y añadiendo las mínimas aportaciones.
Las fases de la intervención fueron las siguientes:
– Limpieza de la obra.
– Desinfección del ataque de xilófagos (carcoma), mediante inyección e impregnación.
– Retirada de repintes mediante limpieza físico-química.
– Arreglo de grietas.
– Reposición de faltantes.
– Estucado de carencias.
– Reintegración mimética diferenciada